Hace unos días me quedé sin cable y me quedé pegado viendo el reality de Canal 13, Mundos Opuestos, porque sí, también me pongo farandulero. Después de ver algunos capítulos les saqué el rollo a todos los participantes.
En estas semanas que he visto este programa me sigue llamando la atención la inmadurez y el infantil comportamiento de David Dubó, cinta negra y campeón sudamericano de Artes Marciales. Ligero de genio, ególatra y continuamente 'mostrándose' para la tele, me hizo pensar que tal vez es un caso particular de un tipo que ha estudiado una disciplina tan milenaria y espiritual, pero que tal vez no aprendió la parte importante del asunto, que es la fuerza y paz interior, más que pegar patadas y combos.
Sin embargo, hice un poco de memoria y me di cuenta que al parecer este comportamiento es un genotipo de los practicantes marciales en nuestro país y quizás en muchos otros lugares más.
Desde niño que he practicado artes marciales, sin mucho éxito, y siempre quise conocer este mundo porque me inspiraba una suerte de búsqueda espiritual. Después que has visto cine oriental y conoces la historia de los Samurai o los grandes guerreros, no puedes sino pensar que por esta vía puedes aprender elementos espirituales que te acompañarán toda la vida.
Pero siempre que participé en academias de karate me encontré con personas de dudosa capacidad intelectual y menos aún, aplomo espiritual. Siempre me vi rodeado de musculitos que sólo querían darte una patada voladora y dejarte tirado en el suelo. Ególatras, egocéntricos, mostrados, matones, incluso violentos.
Podríamos pensar que los estudiantes son inmaduros aún, sin embargo encontré este comportamiento incluso en los maestros. Mi mayor decepción fue cuando recibimos la visita del maestro a nivel nacional de mi escuela. Nos reunimos en un parque y me encontré de frente con una persona con considerable sobrepeso, mal aspecto, mal aseado y comiéndose un churro que le dejaba caer el manjar en la sucia chaqueta.
No puedo pensar en una imagen más alejada de la espiritualidad, la disciplina y el orden que inculcan los verdaderos maestros y las artes marciales. Aquellas que contienen elementos del budismo, del taoismo y tantas otras doctrinas filosóficas.
Aún busco una escuela donde pueda encontrar estas características, pero me pregunto si acaso ¿existirá alguna en Chile?
